Quienes te conocíamos no fuimos perfectos, o no lo fuimos por nada raro, simplemente todos vivimos en el juego de las cosas que hacemos y de las que no. Pero es que quién puede mantenerse despierto siempre y hacerlas todas, todas esas cosas juntas, todas a la vez...no, no se puede.
Ella murió, pero no lo supimos antes, fue tan de repente que su muerte es un silencio a voces, y su vida un maravilloso recuerdo para que la escribamos, a ella, como en un cuento en el que las palabras se hacen con amor, y sí, yo al menos te invité a viajar mientras escribías, palabras siempre juntas, todas, todas contigo hasta el final